2016

Abismo. El paisaje en el nuevo occidente

Jesús Herrera

ATM presenta la primera exposición en su espacio de Jesús Herrera (Petrel, 1976). Abismo. El paisaje en el nuevo occidente, nace tras una estancia en México y Brasil, comisariado y coordinado por Cristina Ojea, comisaria y productora cultural. El proyecto se centra en el paisaje y su construcción como elemento sometido a los designios de la naturaleza, y también, a la voluntad humana. Una pintura capaz de ser el eco del pasado y a la vez voz de la actualidad.

Abismo. El paisaje en el nuevo occidente es una aproximación al paisaje actual, dominado por la ciudad, en el que elementos naturales y de ficción se entremezclan creando un espacio dramático y cargado de simbolismo, en el que la destrucción está siempre presente, a través de elementos como el humo y las ruinas.

La exposición se articula a través de grandes lienzos con vistas panorámicas de México DF y Sao Paolo, ciudades cuya selección no es casual, ya que ambas se imponen como grandes megalópolis que crecen desbocadamente. En contraposición, pequeños lienzos representan a modo de postales referencias pictóricas y detalles de la composición, que se completa con obras que utilizan el dibujo como técnica de ensayo de estructuras, y el mejor modo para centrarse en los detalles del paisaje, como en el impresionante conjunto de 52 obras “Elementos para paisaje en DF”.

El paisaje es un instrumento de fuerza cultural, una herramienta central en la creación de la identidad nacional y social y por ello Jesús Herrera toma como referencia pintores del siglo XIX como el mexicano José María Velasco y Caspar David Friedrich. Sus obras son un punto de partida para su propia versión del paisaje actual. Una pintura referencial, en la que la historia de la pintura y la reivindicación del artista como interlocutor, ya sea con su presencia o con la de la obra (dentro de otra obra), tienen un papel principal.

Jesús Herrera entiende el viaje como un Grand Tour y al artista como intérprete de la actualidad. No oculta sus referencias pictóricas, las asimila y crea un juego constante donde se apoya en su

habilidad técnica para hacernos creer que nos encontramos ante un fiel retrato de la realidad. Sin embargo, la interpreta guiando al espectador en un viaje al nuevo paisaje que bordea los límites entre la naturaleza y la acción humana. Una realidad propia creada a partir de retazos de la Historia y del presente.